viernes, 5 de mayo de 2017

8. V World Puzzle Days 2017





Organizado por el austríaco Günther Simetsberger, se trata de un evento on-line de carácter lúdico en el cual cientos de aficionados a los puzzles de todo el planeta dedican los dos primeros meses del año a su afición y muestran sus progresos en el portal de Facebook especialmente creado para ello. No existe competición en sí. Simplemente se participa aportando lo que uno puede aportar. Hay jubilados que a la semana ya se han cascado decenas de puzzles, o grupos familiares que desayunan piezas, almuerzan conservantes y cenan patrones, gente que aprovecha algunas vacaciones para aligerar su lista de rompecabezas pendientes y puzzleros autónomos que hacemos lo que podemos, arañando algunas horas al sueño. Como alicientes, aparte de compartir nuestra pasión con puzzleros de todo el mundo y henchir nuestro orgullo con montones de "likes", existe una rifa final de un montón de puzzles. Muchos son aportados por Günther Simetsberger, otros son donados por los propios participantes. Se realizan vídeos semanales con los rompecabezas más votados y estadísticas de todo tipo, como marcas preferidas, media de piezas por participante, países y concursantes más activos, etc. Destacar que para evitar trampas a la hora de contabilizar los puzzles montados o la reutilización de fotos sacadas hace meses fuera de concurso, en las tres fotos que se deben subir - como mínimo - de cada rompecabezas, tiene que salir un objeto que solamente es revelado el día antes del inicio del certamen.

En la edición de 2016 llegué a las 5.000 piezas encajadas, distribuidas en tres puzzles: el "Colour my world" de Ravensburger de 1000 piezas, que liquidé en cinco horas distribuidas en tres días; el "Paseo otoñal" de Educa de 2000 piezas, que me ocupó algo más de 21 horas distribuidas en cuatro semanas; y el "Taj Mahal" de nuevo de Educa de 2000 piezas, que esta vez acabé en unas 14 horas esparcidas en dos semanas. Me quedaron cuatro días sobrantes, pero decidí descansar, ya que me era imposible llegar al objetivo de 8000 piezas planteado al principio del evento y tener derecho a dos billetes para la rifa final (cada 4000 piezas se gana un ticket para dicho sorteo).

En la edición de 2017 me marqué tal vez un objetivo muy ambicioso, la friolera de 12.000 piezas, quedándome en 5.500 piezas al final del evento. Los puzzles montados fueron:

- Parlament in the Snow, 1000 piezas, Clementoni
- Orquídeas, 1000 piezas, Jumbo
- En buena compañía, 1000 piezas, Educa Panorama
- The Beatles Pop Art, 1000 piezas, Educa
- La noche estrellada de Van Gogh, 1500 piezas, Ravensburger

Parlament y Noche estrellada fueron premios de concursos de puzzles celebrados en 2016 - El Puzzle Chess de Mas Guinardó y el Campeonato de España -, y el de Orquídeas fue uno de los que me quedé de la participación en Hannut con el AEPUZZ A, que es el primer equipo de la Selección Española de Puzzles. Como suele ser preceptivo, coincidiendo con las vacaciones de Navidad, no me costó encadenar cuatro puzzles de una sentada hasta la segunda quincena de Enero, pero al finalizar la Noche Estrellada - que se me resistió más y evidentemente tocó en periodo profesional -, me quedaban dos semanas y media para montar el siguiente de la lista que confeccioné al inicio de la prueba, "Gorila del Congo" de la Serie del National Geographic de 2000 piezas de Clementoni. Al llegar el 28 de Febrero, me faltaban 400 piezas del fondo negro, así que lo finalicé fuera de tiempo, ya con más calma. El mismo Günther recomienda si se quieren montar puzzles grandes, empezar con ellos e ir bajando el nivel de dificultad mientras avanzan los días, cosa que yo no he cumplido en ninguna de las dos ediciones. Es evidente que si lo que se desea es montar el mayor número de piezas, con dedicarse a los puzzles de 1000 piezas durante el evento basta, pero en mi caso no me satisfacen como puzzlero aficionado a los mastodontes. Así que tendré que buscar una fórmula para aumentar más el rendimiento sin renunciar a mis convicciones.

En todo caso, destacar que este evento es todo un derroche de labor por parte de Günther, y a pesar de haber sufrido un tremendo hachazo en el número de participantes desde 2016 a 2017 (de casi un millar a unos 150 debido a que el austríaco, como es lógico, decidió cobrar un precio de inscripción que compensase todas las horas de trabajo dedicadas), sigue atrayendo a nuevos puzzleros que no disponen de eventos en su país y de esta manera pueden compartir afición y pareceres con aficionados de todo el mundo.

Sehr schön gemacht, Günther!

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