Desde hoy puede decirse que
la destreza y rapidez para montar puzzles no depende solamente de los
entrenos, de la agudeza visual o de la memoria, sino de la resistencia
física. Al acabar el certamen no tuve la visión del Doctor Emmet Brown
al resbalarme en el WC de la tienda de zapatos que prestó amablemente su
excusado para uso de los concursantes y darme con la cabeza en el
lavabo. No apareció ningún condensador de fluxo, no. Pero empecé a idear
agentes extra distorsionadores que añadiesen más incertidumbre en el
concurso de puzzles de Viladecans que se celebrará en Mayo y que
organizaremos Pilar Varela y yo. Pero no adelantemos acontecimientos.
El día amanecía totalmente lluvioso en toda Cataluña (excepto en
Lérida, donde la niebla es casi el desayuno nuestro de cada día) y
sabiendo que el concurso de Manresa se disputaba en la calle, pues nos
pusimos en guardia, pero tras algunas consultas, nos comunicaron que la
lluvia en Sevilla que es una maravilla no nos tocaría porque estábamos
emplazados en un espacio porticado de la Calle Ángel Guimerá - por
cierto, dramaturgo tinerfeño -. Así que dos horas antes del pistoletazo
de salida del concurso, inicié el viaje de 65 km desde Hospitalet hacia
Manresa, para ir sobrado de tiempo por la C-55, la carretera
evita-peajes que va por el desfiladero Este de la Montaña de Montserrat.
Siempre bajo la lluvia incesante, a las 16:30 aparcaba a unos 100
metros de la zona de juego y pagaba las dos horas máximas de zona azul
calculando que el puzzle lo terminaríamos en poco más de una hora
contando desde las 17:00 de inicio del concurso. Iluso de mí. Pero no
adelantemos acontecimientos.
Entre los participantes, las
hermanas Sonsona Torrent, habituales en el top-ten de parejas en el
Campeonato de España y vigentes campeonas del I Concurso de Viladecans;
Né Traoré y Quim Faig, Jimena Gordillo y José Jose Luis Ruiz Ludeña; Cristina Roura Suárez, los andorranos Meri Quintana y Javier Parra, Marta Freixas, Maite Santamaría, Susana Cañete, Nazareth Peña Garcia y su pareja (subcampeones en Pineda de Mar) y un servidor con Pilar Varela.
Supe que tenía un problema nada más ver el puzzle escogido para la
ocasión, un callejero de Londres con escasísimas superficies "fáciles"
para montar. A esa dificultad se añadió la de no poder calentar las
manos por el desapacible tiempo con airecito cargado de humedad, y
finalmente, entró en escena en nuestra mesa una pantalla de dos metros
cuadrados anunciadora que parpadeaba incesantemente desde el interior de
una tienda de colchones llamada Dormity, que provocaba cambios
continuos en la iluminación que volvían locos a los conos y bastones de
los que estábamos aposentados al lado de la tienda. Con todo ello, el
montaje del puzzle fue una odisea fantástica para todos los
participantes, con bromas y comentarios de todo tipo:
- ¿Cuánto tiempo llevamos montando el puzzle?
- Una hora cinco minutos.
- Imposible. Han pasado casi dos.
- Una hora cinco minutos.
- Imposible. Han pasado casi dos.
- Me rindo. Paso del puzzle. Me voy. Quiero un baño caliente y un café.
- Yo quiero hacer este puzzle, pero en la cama calentito.
- Ahora sé porqué los asesinos en serie viven en barrios llenos de
luces parpadeantes de neón. Tengo ganas de romper el escaparate de la
tienda con la pantallita centelleante.
- No hay derecho a que el
plano de Londres sea tan caótico. En Barcelona el desorden lo arreglaron
machacando manzanas enteras de casas con la Via Laietana. Los ingleses
no tuvieron huevos con sus Ciudades Jardines.
- Este puzzle me
recuerda cuando hacía Urbanística de primero de carrera, que era un
"pinta y colorea". Ahora es un "clasifica y puzzlea".
- ¿Alguien
sabe dónde está el depósito de vehículos multados en Manresa? La zona
azul me caduca en un minuto y nos faltan doscientas piezas por poner.
- Alba NB,
en Viladecans nos vengaremos. El concurso será en un tubo de la risa o
en un túnel de viento. Contrataremos a un chamán para que haga llover
justo encima de ti.
- Ha nacido el primer concurso Puzzle Extrem (Javier Parra) o Spartan Puzzle Contest (Fer Iglesias)
Con todo, Pilar Varela
y yo conseguimos mantener la compostura dentro de la dificultad y tras
haber sufrido varios bloqueos totalmente lógicos. Por mi parte, me pasé
cinco minutos sin poner pieza alguna en una ocasión, y en otra me llegué
a preguntar qué demonios estaba haciendo allí, hasta que recordé que
eso me lo pregunto también cuando estoy un Domingo a las 9:30 de la
mañana jugando al ajedrez en barrios desiertos. En fin, que acabamos el
puzzle en 1 hora 52 minutos, a tiempo en las dos horas estipuladas de
concurso. Fuimos segundos, detrás de las hermanas Sonsona Torrent de
Sant Vicenç dels Horts - que totalizaron un tiempo de 1 hora 30 minutos -
y sucedidos por Né Tra Mas
y Quim Faig en tercer lugar, con 1 hora 59 minutos. El resto de
participantes se quedó sin finalizar el puzzle. Para mí fue una
experiencia nueva y muy enriquecedora después de 30 concursos a mis
espaldas.
Como hice en el Concurso de Puzzlemanía de principios
de Febrero, acabaré la crónica con una explicación del proceso de
montaje con el fin de esclarecer que la estrategia es absolutamente
esencial para conseguir buenas clasificaciones en los concursos.
ESQUEMA DE MONTAJE
1) Para empezar, se descartó montar los bordes en primer lugar para no
atascarnos (recordemos que en puzzles difíciles no conviene casi nunca
empezar por el marco porque suele ser muy uniforme), aunque sí los
separamos al voltear las piezas.
2) Nos dividimos las zonas más
inmediatas y "fáciles" dentro de la dificultad. El autobús negro de dos
pisos, las zonas verdes y los ríos. Después las farolas, el coche y la
moto como elementos negros restantes. A continuación, como la mitad de
los bordes formaban parte de ese entramado del bus y zona verde, los
integramos y acabamos el marco.
3) Aquí es donde hay que
lanzarse al vacío y poner toda la carne en el asador, porque ya nada es
evidente. Por ello buscar el esqueleto del puzzle, esto es, montar las
calles que son distinguibles por la inclinación de su trazado, es una
gran ayuda para seguir zonificando el rompecabezas. Son tres vías
horizontales y cuatro verticales que forman una parrilla algo regular.
Para no confundir la orientación de las piezas basta fijarse en la
orientación del texto. Una vez que el entramado de calles se empieza a
intuir, se pueden incluir los grupos de letras grandes negros y rojos,
situables consultando el dibujo de la caja. Es un proceso laborioso y
lento, pero inexorablemente lleva al final.
4) De manera
paralela, se pueden ir localizando pedacitos de zona verde que por su
tamaño anteriormente era absurdo situar, pero que con el esqueleto de
puzzle formado, son más fáciles de incrustar. Con estos trocitos extra,
podemos atacar el entramado de calles secundarias que aún están
señaladas con color beige en el plano.
5) Las manzanas con fondo
blanco, que son las superficies restantes, pueden montarse fijándose en
el grado de inclinación de la trama urbana y dividiendo las piezas por
sus formas, en este caso, piezas "embarazadas", verticales y
horizontales.
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