domingo, 7 de octubre de 2018

20. I Concurs de Puzzles Súria (7/10/2018)

Lugar: Plaça del Poble Vell
Hora: 10:00
Modalidad: Por Parejas a contrarreloj, 500 piezas
Parece que este año estamos de estrenos en concursos puzzleros, y esta tendencia continuará en Cataluña, por lo que llevo escuchando en bambalinas. Para mí es un enorme placer ser testigo directo de cómo va creciendo el interés por la competición puzzlera con cada vez más incondicionales que saltan por diferentes pueblos en busca de su pasión.
Suria es una población del interior de Cataluña, situada diez kilómetros al norte de Manresa y a 80 de distancia de Barcelona, siempre que se eviten los peajes. La urbe fue puesta en el mapa por la cantante Beth Rodergas, aquella participante de las rastas de la segunda edición de Operación Tufo que llegó a representar a España en Eurovisión. Para los puzzleros, ha vuelto a ser situada en el mapa por otro asunto mucho más importante, el Primer Concurso de Puzzles Por Parejas, celebrado en pleno casco antiguo, en una plaza rodeada de edificios de centenares de años de vida. 
Pese a que el otoño ya había enseñado la patita sin enharinar, y ni los siete cabritillos se habrían tragado que la ovejita del verano era la que tocaba la puerta, representé una mezcla del papel de Caperucita Roja y el Cabritillo Nº 1, y fui en shorts y camiseta de manga corta a poner piezas a contrarreloj a un recinto casi con sombra permanente y a una media de 14-15 grados de temperatura. Fue salir del coche de un aparcamiento cercano y darme cuenta del craso error cometido. Lo más chistoso del caso es que llevaba pantalones largos “porsi”, o sea, por si hacía frío. El vehículo se convirtió en improvisado vestuario y al parecer sufrí el efecto Supermán, porque salí de allí con otros pantalones y con energías para hacerlo bien, después de la kriptonita del tiempo.
El concurso, al que se apuntaron 18 parejas (el lleno del recinto), se resolvió de nuevo por un significante margen de dos segundos, un hecho que ya empieza a ser habitual en muchos concursos y que es un placer para el espectador, para los concursantes, y el terror de los organizadores. Pilar Varela y yo, habitual dúo competitivo en Cataluña, nos impusimos con 42 minutos por una pieza de diferencia a la pareja andorrana de Meri Quintana y Javier Parra. Tal vez por haber tardado un segundo menos en abrir la caja con la bolsa, o seguramente por no haber mirado como iban los rivales. La pelota pudo haber caído en un lado u otro de la red, después de haber estado paseándose por el borde del abismo durante decenas de minutos. Las hermanas Pilar y Maribel Sonsona quedaron terceras, a continuación finalizaron Jimena Gordillo y Jose Luis Ruiz Ludeña y quintos fueron Nazareth Peña Garcia y su hermano.
La estrategia utilizada fue muy sencilla. Pilar se encargó del marco y de los dos o tres sub-marcos interiores y yo ataqué la parte de las letras, uno por cada lado. Cuando ambos trozos estuvieron más o menos finalizados, se hizo una labor algo molesta pero necesaria a la que denomino “la operación quirúrgica”, por el extremo cuidado con el que se debe realizar. Abrimos el borde superior cual compuerta de ferry, y entró el camión montado por mí. Cerramos la compuerta y ya con la imagen más o menos compuesta, nos dispusimos a rematar la parte que llamo como “el mortero entre los ladrillos”, considerando a los ladrillos como las dos primeras partes definidas y montadas en primera instancia, y al mortero como ese espacio indefinido y poco clasificable que constituye el resto del puzzle”. En la imagen grafío la estrategia para mejor comprensión de la misma. Destaco que en momentos de duda me dediqué a tararear alguna cancioncita, ya que me acordé de lo que contaba Fernando Alvarez-Ossorio Garcia de Soria en una entrevista en el reportaje de AEPUZZ “¿Qué es ser puzzlero?” En definitiva, estuve con el clásico de Genesis “The carpet crawlers” durante buena parte del montaje, emulando al Ruso, y mascullando sin parar la inolvidable frase “tienes que entrar para poder salir”, una filosofía de la vida misma.

En el viaje de vuelta a Barcelona, constaté que la C-55 es una de las carreteras con mayor número de impresentables al volante de España, con gente que adelanta por el carril de aceleración y otros que van a ritmo de tortuga por la autopista y cuando les pasas a velocidad reglamentaria, se cabrean, aceleran a 40 km por hora más y comienzan a perseguirte. Tendré que empezar a pagar peajes para evitar a esta chusma.
La siguiente parada será la tour de force de las 24 horas de Hannut en Bélgica durante los días 26 y 27 de Octubre, a la que llegamos en buena forma y dispuestos a conseguir una buena clasificación.